Hoy en día y producto del cambio climático, existe un mayor consenso sobre la necesidad imperante de descarbonizar nuestra canasta energética. No obstante, la transición desde una economía basada en el carbono hacía una economía sustentable y sostenible trae aparejado grandes desafíos para la sociedad. Producto de aquello es que debemos aspirar y comprender a cómo transitar este camino de una manera justa y sustentable para todos.

Pero… ¿Qué es la transición justa?

Si bien no existe una definición única, en la actualidad existen múltiples dimensiones para tratar de explicarla de la mejor manera posible. Es un concepto que busca integrar y aplicar la justicia social, los derechos humanos y las normas laborales a las grandes transformaciones, como es el caso de la transición energética de un país. Su origen histórico se remonta a la década de los 80 en Estados Unidos.
La OIT (Organización Internacional del Trabajo) el año 2015 indicó seis principios rectores de la transición justa, los cuales debiesen estar presentes en la discusión del H2 verde en Chile.
- Diálogo social
- Principios y derechos fundamental en el trabajo
- Dimensión de género
- Políticas interministeriales, las cuales deben ser coherentes entre si
- Debe tener en cuenta las condiciones de cada país
- Cooperación internacional
Todo esto implica un cambio de paradigma desde una visión basada en una economía extractiva a una basada en una economía regenerativa.
De este modo, la transición justa aplicada al nuevo escenario del hidrógeno verde debiese tomar en cuenta a los gobiernos, los organismos de desarrollo y financieros, a los trabajadores y sindicatos, a las comunidades campesinas y pueblos indígenas, los movimientos feministas, a los consumidores, la ciudadanía, las empresas, los inversores y a la academia, dentro de una amplia gama de actores con voz y diversos puntos de vistas, ya que comprende a un proceso multi-dimensional y muti-actor.
La transición justa persigue el desarrollo sostenible junto a la generación de empleos de calidad, la disminución de la desigualdad y el cuidado de los derechos de las personas.


Empleabilidad e hidrógeno verde
Uno de los cambios que se esperan dentro de esta transición energética es la eliminación algunos puestos de trabajos en aquellas industrias caracterizadas por procesos altamente contaminantes, por lo que será necesario reconvertir y reorientar las profesiones y oficios hacia una economía con una menor huella de carbono. En este contexto, el hidrógeno verde puede jugar un rol fundamental.
En particular, el desarrollo de una economía del hidrógeno verde traerá beneficios en la creación de empleos, estimándose que al 2050 se creen un total aproximado de 740.000 nuevos empleos en toda su cadena de valor. Es decir, en la totalidad de los rubros y sub-rubros que de alguna manera se verán impactados por este potencial.

Uso y manejo del agua para producir hidrógeno verde
Uno de los elementos críticos dentro de la crisis climática que estamos viviendo, es la dificultad al acceso de agua potable para consumo humano o a agua de riego para agricultura, por lo que cualquier proceso que incluya este elemento es susceptible a críticas, y con justa razón, por parte de la población.
El hidrógeno verde se obtiene mediante la electrólisis del agua, por lo que cuidar este recurso es vital para desarrollar una economía sostenible en el tiempo. En efecto, mucho se hablado de las cantidades requeridas en este proceso y si esto afectará o no la cantidad de agua disponible.
En particular, si bien los consumos de agua en el proceso de electrolisis no son altos, existen pasos para filtrarla, por lo que es necesario señalar que esta no se pierde, pudiendo destinarse a segundos usos. Además, se espera que el agua usada para producir hidrógeno provenga de un proceso de desalación previo, o sea, de agua proveniente del mar, la cual deberá ser tratada y acondicionada para ser usada en este proceso.

¡El agua no esta en peligro con la industria del hidrógeno!
Se podrá mitigar la escasez hídrica y ayudar en la mitigación del cambio climático lo que trae muchos beneficios para la sociedad

Riesgo y seguridad del hidrógeno

El hidrógeno posee ciertas características que lo hacen único desde el punto de vista energético, ofreciendo grandes ventajas para ayudar en la descarbonización. Sin embargo, presenta características físico químicas que hacen que tenga cierto potencial para causar accidentes. En efecto, todos los elementos de la tabla periódica presentan algún grado de riesgo, por lo que deben ser manejados con los más altos estándares de seguridad
Si bien existe una gran experiencia en la industria sobre el manejo y producción del hidrógeno, el uso masivo y las nuevas aplicaciones exigen nuevos desafíos, ya que intervienen otros usuarios, no necesariamente con la experiencia y la formación que tienen aquellos a nivel industrial. Es por esto que la creación de capital humano experto en seguridad para todas las etapas de la cadena de valor del hidrógeno es fundamental para que pueda ser manejado sin presentar riesgos para la salud e integridad física de las personas.
Al igual que otros combustibles como el gas natural o la gasolina, la seguridad es uno de los temas primordiales a tener en cuenta, ya que por su naturaleza tienen asociada una peligrosidad. A pesar que han habido accidentes con el hidrógeno, al igual que con otros materiales peligrosos (incluidos gasolina, petróleo, gas licuado y gas natural), este puede ser manejado de forma segura siempre y cuando su producción, distribución y uso se ajusten a los estándares, procedimientos y regulaciones vigentes, y los usuarios entiendan su comportamiento y no subestimen su peligrosidad.
Todos los combustibles inflamables deben manipularse con responsabilidad. El hidrógeno no es ni más ni menos peligroso que otros combustibles inflamables. Incluso algunas de sus propiedades proporcionan más seguridad en comparación a otros combustibles utilizados actualmente. Por ejemplo, no es tóxico, es mucho más liviano que el aire, se disipa rápido si es liberado, por lo que tiene una dispersión rápida en caso de fugas.
Este compuesto, teniendo todos los resguardos necesarios no presenta riesgos para la seguridad del personal que operara los equipos.

En cuanto a la regulación nacional, incluye al hidrógeno en forma genérica, estando entonces regulado por los reglamentos de sustancias peligrosas. Por lo tanto, la actual regulación no cubre aplicaciones energéticas. Es por ello, junto al esfuerzo de diferentes organizaciones y el estado, se han realizado ciertas modificaciones legales para regular este compuesto.